
Título: Danny Dingle y sus descubrimientos fantásticos – El Metalmóvil
Publicación: 2017
Autor: Angie Lake
Editorial: Ediciones del Laberinto
Formato: Tapa dura, 240 páginas
ISBN: 978-8484839057
Danny Dingle y sus descubrimientos fantásticos – El Metalmóvil
Danny Dingle es una nueva serie de libros infantiles que nos llega de la mano de Ediciones del Laberinto, orientada a niños desde unos 8-9 años en adelante.
De momento podemos disfrutar del primer volumen, el Metalmóvil, pero es de esperar que pronto lleguen nuevas entregas en castellano ya que su autora, Angie Lake, ha publicado hasta la fecha tres entregas más.
El protagonista de esta serie es Danny Dingle, un niño con una misión clara en la vida: convertirse en el ayudante del mejor superhéroes del mundo, Metal Face, para el que piensa pasarse el día entero fabricando objetos fuera de serie.
Danny Dingle es un niño algo revoltoso, poco interesado en las materias del colegio, pero con una mente fantástica para los inventos, que crea a partir de toda clase de objetos cotidianos como cuerdas, chicles usados, ramas, alas de insectos, cinta adhesiva, cajas o la gelatina de judías de su padre.
Junto con su amigo Percy y su padre, conseguirá demostrar que su archienemigo Gareth Trumpshaw no es tan listo ni puede vencerlo todo a base de billetera.
Veremos como con ingenio (y algo de suerte) preparan un genial invento para proteger huevos.
Y, por supuesto, veremos de qué se trata esto del Metalmóvil, que da nombre al libro. ¡No os queremos desvelar nada de estos acontecimientos trepidantes!
Inevitablemente Danny Dingle y sus descubrimientos fantásticos nos recuerda a libros como El Capitán Calzoncillos o Animalotes. Tienen en común un lenguaje muy coloquial, un estilo irreverente y múltiples referencias a gases, pedos, eructos, vómitos y todas esas materias escatológicas y políticamente incorrectas que a los niños les produce tanta risa. También comparten ese estilo rápido y fresco que mezcla narración con ilustraciones tipo cómic, diferentes tipografías y tamaños de letra.
Estamos ante un libro infantil bastante largo (240 páginas) pero que se lee muy deprisa y muy fácilmente ya que tiene poco texto por página y está escrito en un lenguaje fácilmente identificable por los pequeños.
Ahora bien, el libro tiene un punto gamberro que, como os comentamos al reseñar Animalotes, consideramos que hay que tener en cuenta. La originalidad de su formato, que facilita muchísimo la lectura, nos podría llevar a ofrecerlo a niños quizá demasiado pequeños para entender que una cosa es lo que se plasma en el libro y otra bien distinta que algunas de las cosas relatadas sean correctas en el día a día de la vida real. No se trata de asustar a nadie, simplemente advertir acerca del lenguaje que se utiliza en el libro, las continuas referencias a las flatulencias o los vómitos y la naturalidad con la que se relatan algunas trastadas. En nuestra opinión, es conveniente que el niño que lea esta serie tenga la suficiente madurez para diferenciar realidad y ficción.
En cualquier caso, tras haberlo leído nosotros mismos, más allá de que el lenguaje sea más o menos irreverente, creemos que el libro inspira buenos valores como el trabajo en equipo, el valor del esfuerzo y el inmenso poder de la imaginación.
Por todo lo anterior, y siempre teniendo en cuenta que los rangos de edad son muy relativos, consideramos que el libro es idóneo para niños que tengan al menos unos 8-9 años en adelante.
Sobra decir que a nuestro hijo Mayor (8 años y medio en este momento) el libro le ha gustado mucho y que está deseando leer la siguiente entrega.
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