Mamaravilla, de José Carlos Andrés y Amrei Fiedler

Mamaravilla, de José Carlos Andrés y Amrei Fiedler es un bonito álbum ilustrado de La Fragatina, que homenajea a todas las madres multitarea, que atendemos a todo a la vez y hacemos grandes esfuerzos por llegar a todo.

Como todas las mañanas, nuestra protagonista salta de la cama cuando se da cuenta de que es de día.

Pero de repente dio un salto mortal hacia atrás, hizo la cama con un pie, apagó el despertador con el otro y levantó la persiana con la mano. Vuela que te vuela. 

Así empieza la carrera diaria de esta madre que es capaz de limpiar el baño mientras se ducha, se lava los dientes, se peina y se viste.

Corriendo ducha y viste a su hija, prepara un desayuno, dos comidas, tres cenas y escucha cuatro quejas.

– Mamá… Mamá… Mamá… ¡Mamááá!

Pero ella estaba cocina que te cocina. Cogió la mochla, una botella de agua, el móvil, las gafas, el bolso, las llaves y a su hija (¡parecía un pulpo!) y salieron a la calle: era hora de ir al cole.

Aunque Noa protesta que te protesta, la mamá no la escucha. Está pensando en que hay que comprar manzanas, avellanas y mandarinas; harina para hacer bollos, papel higiénico… mil rollos. Recoger a la peque de la escuela y ver a la abuela. 

Finalmente, Noa consigue hacerse escuchar:

– Mamá, ¡Que hoy es domingo! ¡DO-MIN-GOOO!

En fin, es lo que tiene vivir a la carrera, que no hay tiempo para pensar, ¿no? Así que volvieron a casa y la mamá se aplica a jugar con Noa con la misma emoción con la que corría aquella mañana.

Esa noche, Noa le leyó un cuento a su madre (los domingos le tocaba a ella) y le dijo:

– Gracias, mamá. Eres la mejor. Eres súper. Eres lo más. ¡Eres MAMARAVILLA!

No me cabe ninguna duda de que muchísimas madres nos vamos a ver representadas en Mamaravilla, no sólo por esa capacidad tan sorprendente de hacer tantas cosas a la vez que parece que multiplicamos manos y piernas sino también por estar tan enfrascadas en correr y llegar a todo que podemos llegar a cometer fallos tan garrafales como el de nuestra entrañable protagonista.

Una lectura muy bonita, que representa una relación muy entrañable entre madre e hija. Cuando la mamá se da cuenta de su error, sabe reconocer su equívoco y demuestra que la misma pasión que pone en el día a día para no decaer en la carrera que supone la rutina puede aplicarla también a pasar tiempo con ella, jugando, riendo, cantando y, en definitiva, disfrutando juntas.

Mamaravilla representa, sin duda, una oportunidad para que los peques se pongan un poquito en nuestro pellejo. De una forma muy gráfica, llena de humor, pueden ver plasmado en papel cómo sus madres corren y corren cada día y quizá entiendan un poquito mejor porque a veces no escuchamos o nos equivocamos… o todo a la vez. Pero lo importante, siempre, es la buena voluntad y el ánimo de hacer lo mejor para lo más importante en nuestras vidas: nuestros peques.

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