Ni Guau ni Miau, de Blanca Lacasa y Gómez

Ni Guau ni Miau, de Blanca Lacasa y Gómez es un divertidísimo álbum ilustrado de NubeOcho, que enamorará a padres e hijos, muy especialmente si son amantes de perros y gatos, como nos ocurre a nosotros.

Narra la historia de Fabio, un lindo perro un poco peculiar: no va a buscar el palito, no ladra, no se revuelca por el suelo para que le hagan mimos ni mueve la colita. En fin, que no hace nada de lo que se espera que hagan los perros.

La familia de Fabio se esfuerza un montón para que su perro termine haciendo todas esas cosas que se supone que debería hacer. Pero Fabio simplemente mira con cara rara y muda.

Una noche, Max se levanta por la noche y descubre que Fabio no está.

Y así, una noche tras otra.

Cada vez que Max salta de la cama, Fabio no aparece por ningún lado. 

Desaparecido. Como por arte de magia.

Así que Max decide espiar a Fabio.

De este modo descubre que su singular perrito se reúne todas las noches con un montón de gatos que, ellos sí, hacen cosas de gatos…

¡Y Fabio también! Como uno más del grupo, se sube a los árboles, se tira desde los tejados, se enreda en ovillos de lana y hasta laúlla (algo entre un ladrido y un maullido).

Al día siguiente, Max decide ponerle a Fabio un plato hasta arriba de leche, mientras le laúlla bajito para que nadie se entere.

En ese momento, Fabio sale de su letargo y se acerca a él con los ojos como platos.

Entre ronroneos, frota su cabeza contra la pierna de Max.

Ni qué decir tiene que en casa, teniendo gatos y perro, Ni Guau ni Miau ha sido un gran éxito. Un libro realmente divertido, original, que nos habla de diversidad y aceptación. Los que tenemos animales en casa sabemos muy bien que cada uno es distinto, que sus personalidades y gustos son muy diferentes entre sí y ¿acaso no es maravilloso tener una mascota con una gran personalidad?

Además, sentimos que la historia de Fabio nos toca muy de cerca, que la comprendemos muy bien, aunque en nuestro caso no por un perro-gato sino por un gato-perro, un gato tan tan perruno que sorprende a todo el que viene a visitarnos.

Bellísimamente ilustrado, nos ha enamorado Ni Guau ni Miau y si tuviéramos que ponerle un pero sería, únicamente, que cae en dos clásicos mitos felinos que convendría desterrar: el plato de leche, que en realidad no deberían tomar porque aunque les guste, supone un problema para su salud ya que son intolantes a la lactosa, y el ovillo de lana, que constituye un serio riesgo para su vida (peligro que, por desgracia, vivimos hace un par de años y a punto estuvo que acabar con nuestro gato-perro).

Un álbum ilustrado, sin duda, listo para enamorar a padres, abuelos, primos, tíos y niños, divertido para todos y muy especialmente para aquellos que somos amantes de perros y gatos.

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