Tocar la luna, de Mar Pavón y Luciano Lozano

Tocar la luna, de Mar Pavón y Luciano Lozano es un precioso álbum ilustrado que narra la adopción de una niña de una forma muy dulce, llena de simbolismo, con esa luna como algo inalcanzable como protagonista durante toda la lectura.

Carolina perseguía un sueño desde que nació: tocar la luna. Desde bebé extendía las manos para tocarla, o subía con la tata Gela a la terraza.

En las noches de verano, el columpio la acercaba mas y más, pero cuando estaba a punto de conseguirlo, ¡se detenía y bajaba sin remedio!

Un día Carolina viajó en avión con la tata Gela y otros niños del orfanato. Iban a encontrarse con familias que querían conocerlos. Pero ella solo confiaba en que el avión subiera lo suficiente como para poder sacar la mano por la ventanilla y… ¡tocarla por fin!

Pero nada, no hubo forma de tocarla. Así que cuando llegaron al aeropuerto, Carolina estaba triste, no tenía ganas de nada, ni mucho menos de fijarse en el hombre y la mujer que la habían estado esperando durante horas. Sólo pensaba en que había estado más cerca que nunca de la luna y sin embargo no había podido tocarla.

Pero de pronto el hombre se agachó y se presentó: yo soy Alberto y ella es Mari Luna.

Al oír esto, Carolina dio un respingo y de inmediato posó su mirada en el hombre, pero, sobre todo, en la mujer. En Mari Luna.

A Carolina enseguida le gustó aquella mujer.

– ¿En serio te llamas Mari Luna?

– Si… ¿No te gusta? Si lo prefieres puedes llamarme Marilú…

Tomó la mano de la mujer entre las suyas y, mirándola ilusionada, le respondió:

– ¿Y qué tal si te llamo… mamá?

Mar Pavón es una soñadora de historias, como ella misma dice, y así es Tocar la luna: emocionante, sensible y metafórico. Carolina, nuestra protagonista acabará tocando la luna cuando sus padres la adopten. Fijaos qué precioso detalle la cara de su nueva mamá, dibujada como una luna, un detalle precioso que nos ha entusiasmado. Fantástico trabajo del ilustrador Luciano Lozano, que nos hace soñar en este libro, con guiños en cada página y una portada tan bonita que yo nosotros de buena gana la utilizaríamos para enmarcar.

Un álbum ilustrado que admite muchos niveles de lectura, siendo bien acogido desde unos 4-5 añitos aunque, como solemos decir en estos casos, si queremos que los lectores entiendan bien el mensaje que subyace detrás de lo superficial, quizá convenga esperar un poquito, hasta unos 6-7 años en este caso.

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