El Pequeño Pirata Serafín, de Alicia Acosta y Mónica Carretero

El Pequeño Pirata Serafín, de Alicia Acosta y Mónica Carretero es un divertido álbum ilustrado de NubeOcho, optimista y vital, tremendamente colorido.

Había una vez un pirata tan chiquitín, tan chiquitín, que todo el mundo le llamaba el pequeño pirata Serafín.

Serafín era tan pequeño, tan pequeño, que si soplaba fuerte el viento se lo llevaba volando en un momento. Para evitarlo, siempre llevaba una espada muy pesada en el cinturón, un catalejo de hierro colgado del cuello y un par de piedras en los bolsillos.

El tamaño del pirata también era un problema en su trabajo, porque Serafín era tan pequeño y tan chiquitito que sus piratas no lo escuchaban por más que diese gritos.

De manera que cuando decía: -¡Leven el ancla!-, los marineros entendían: -¡pónganse las chanclas!, y salían corriendo con el traje de baño y la toalla para irse a la playa.

En fin, Serafín estaba un poco harto de ser pequeño porque ni le entendían ni le hacían caso. ¡Y encima corría riesgo de que le pisaran!

Al final se inventó una frase que repetía siempre que le hacía falta:

¡Cuidadín, cuidadín, que aquí está el pequeño pirata Serafín!

Un buen día, bueno, mejor dicho, un día terrible, Serafín es secuestrado por el pirata Malapata, pirata malo, malo, malo donde los haya. Se lo lleva a su barco y lo deja encerrado en su bodega, de donde sabía que no podría escapar ya que sus escalones eran demasiado altos para él.

Sin embargo, Serafín tiene la suerte de conocer a un tierno ratón en la bodega del barco, que no duda en ayudarle. Al ser tan pequeñitos los dos, ambos logran colaborar por los agujeros de las tablas del barco, hasta llegar a la cubierta.

Su nuevo amigo ratón dio un silbido y al momento apareció Carlota, su amiga la gaviota. Nuevamente, gracias a ser pequeño, Serafín pudo montarse encima de ella para volar de vuelta a su barco.

Su tripulación estaba muy preocupada porque no encontraban a su capitán una vez que había terminado la batalla. Temían que se lo hubiese comido el pirata Malapata, pirata malo, malo, malo donde los haya.

Cuando los marineros lo vieron llegar volando, montado sobre una gaviota, lloraron de alegría, lo besaron, lo abrazaron, le hicieron una fiesta, pequeña, pero fiesta, y el pequeño Pirata Serafín les contó todo lo ocurrido. 

Sus piratas no lo podían creer, su capitán se había salvado gracias a que era tan pequeño, tan pequeño como para cabalgar sobre un ratón o volar sobre una gaviota. 

Como véis, El Pequeño Pirata Serafín es un libro que tiene toda la acción de una gran historia de piratas pero al mismo tiempo nos transmite una ternura y buenos valores.  Sin duda es el cuento de piratas más tierno que hemos leído hasta la fecha. Una lectura que nos transmite la importancia de valorarse, de descubrir que incluso en aquellas cosas que en teoría son un handicap podemos encontrar algunas ventajas y utilizarlas en nuestro beneficio. No importa si eres pequeño porque seguro que puedes hacer grandes cosas es el mensaje que nos muestra Serafín.

Queremos hacer una mención especial a las geniales ilustraciones de Mónica Carretero. Son una explosión de optimismo, transmiten toda la energía propia de una aventura como la que narra el texto y nos brindan decenas de pequeños detalles, llenos de humor, en cada hoja.

Es una ilustradora que nos gusta mucho y a la que seguimos desde hace tiempo a través de otros álbumes ilustrados. Nos gusta su forma de dibujar: personajes expresivos, ese aire fresco, divertido, lleno de color y de detalles, conservando el toque infantil y poco adulto que a nosotros nos gusta… Claramente es una ilustradora muy de nuestro estilo y eso se nota en casa porque nuestros peques empiezan a ser capaces ya de reconocer libros de algunos ilustradores nada más ver la portada y empiezan a mostrar claras preferencias por unos u otros.

Observad qué preciosidad el mapa de Isla Penique que podemos disfrutar en las guardas del libro:

En definitiva, una apuesta fantástica de NubeOcho con una historia de piratas que demuestra que se puede tener aventura y emoción sin nada de violencia y unas ilustraciones que nosotros de buena gana colgaríamos en las paredes de casa.

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