La gran fábrica de las palabras, de Agnès de Lestrade y Valeria Docampo

La gran fábrica de las palabras, de Agnès de Lestrade y Valeria Docampo es un precioso álbum ilustrado que nos presenta un país en el que las palabras cuestan dinero, por lo que sólo los más ricos pueden hablar mientras que el resto permanece en silencio o bien se conforma con las palabras que encuentran por ahí tiradas.

Existe un país donde la gente casi no habla. Es el país de la gran fábrica de las palabras. En ese extraño país, hay que comprar las palabras y tragárselas para poderlas pronunciar. 

Existen palabras que cuestan más caras que otras. Y no se dicen a menudo, excepto si se es muy rico. En el país de la gran fábrica, hablar es caro.

Por eso, la gente que no tiene dinero rebusca en la basura… pero sólo encuentra palabras poco interesantes como cagarrutas de cabra o huesos de conejo.

Algunas veces los niños encuentran palabras volando, que atrapan con su cazamariposas. Es el caso de Bruno, que guarda tres palabras muy especiales para decírselas a Andrea, la niña de la que está enamorado. Le gustaría decirle «te quiero» pero no tiene dinero ahorrado como para poder comprar esas dos palabras.

Así que le regalará las palabras que se ha encontrado: cereza, polvo y silla. 

El «problema» es que Bruno tiene un competidor. Un niño rico, que no necesita sonreír todo el tiempo porque él sí puede hablar. Y se pasa el día diciéndole a Andrea que la quiere con todo su corazón.

Pero ese día Bruno respira hondo y pronuncia las palabras atrapadas en su red, con todo el amor que alberga su corazón. Las palabras vuelan hasta Andrea como si fueran piedras preciosas: ¡cereza! ¡polvo! ¡silla!

¿Qué pasará cuando las palabras lleguen a Andrea? Os vamos simplemente con su rostro, que podéis ver en la imagen superior. Si queréis saber como termina esta poética y tierna historia, lo tendréis que leer vosotros mismos con los peques. Una joya como La gran fábrica de las palabras bien merece que conservemos su final en el aire para que vosotros mismos lo descubráis.

Estamos ante una joya de Editorial Tramuntana, un álbum ilustrado muy poético, emotivo, tierno y que hace reflexionar incluso a los adultos: ¿Valoramos todas las palabras que decimos o hablamos por hablar? Si hablar costara dinero, ¿qué palabras escogeríamos? La gran fábrica de las palabras es una lectura que invita a reflexionar también sobre el valor del silencio, de todo aquello que no decimos con nuestras palabras pero sí con nuestros gestos, con nuestros actos. Una lección también para los más peques de que el dinero puede comprar muchas cosas pero no el corazón de las personas.

Muy destacable es también la ilustración de La gran fábrica de las palabras, que refleja perfectamente ese ambiente triste y aburrido en el que apenas nadie puede hablar, contrastando con los fondos rojo intenso que surgen cuando Bruno le regala a Andrea las palabras que ha atrapado. Dibujos, además, llenos de detalles que bien merece que prestemos atención a ellos: las tiendas con palabrotas o palabras de verano o la ropa de los niños, estampada con dibujos infantiles.

Sobra decir que nos ha encantado La gran fábrica de las palabras y que a nosotros como adultos y padres nos ha parecido una lectura muy interesante, con un trasfondo maravilloso. Sí que es cierto que su nivel poético y la profundidad de la temática así como el colorido, quizá más adulto, la conviertan en una obra ideal para niños algo mayores en relación con las que solemos leer en casa, siendo un álbum ilustrado enfocado seguramente a niños que ya tengan unos 7-8 añitos por lo menos.

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