Título: El tigre que vino a cenar
Autor: Steve Smallman y Joëlle Dreidemy
Editorial: Beascoa
Formato: Tapa dura, 32 páginas
ISBN: 978-8448858629
El tigre que vino a cenar, de Steve Smallman y Joëlle Dreidemy
El tigre que vino a cenar es el cuarto libro de la colección La ovejita que vino a cenar, la aclamada saga de Steve Smallman y Joëlle Dreidemy.
En casa siempre hemos sido muy fans, desde el primer libro, primero con los hermanos mayores y ahora con la Tercera. Obviamente teníamos que continuar la colección con este nuevo título, que ha sido publicado a finales de 2021.
He pensado mucho en cómo enfocar esta reseña sin contártelo todo pero dándote la suficiente información como para que puedas valorar su contenido. Debo avisarte de que aunque no desvelaré el final sí voy a dar alguna pincelada que me parece importante. De modo que: ¡cuidado, spoilers! Si prefieres reservar la sorpresa que aguarda en esta lectura, mejor no sigas leyendo, por favor.
Argumento de El tigre que vino a cenar
Os refresco un poco la memoria acerca de esta historia, que va ya por su cuarta entrega.
El orden de las publicaciones de esta colección es:
- La ovejita que vino a cenar
- Los lobos que vinieron a cenar
- El cocodrilo que vino a cenar
- El tigre que vino a cenar
Nuestro protagonista es un viejo lobo solitario, hambriento y harto de su sopa de verduras. Su vida cambia cuando una adorable ovejita llega a su vida porque aunque inicialmente lo que desea con todas sus fuerzas es comérsela, lo que nacerá en el será un amor tan grande que terminará adoptándola bajo el nombre de Estofado. A esta familia se suma un nuevo personaje, Tortilla, un cocodrilo que nace de un huevo que encuentran abandonado.
El denominador común de los tres libros anteriores es que ninguno de los depredadores que en ellos aparecen hacen lo que se espera de ellos. Ni el Dobo protagonista ni sus amigos se comen a la ovejita, Tortilla termina siendo tan servicial y cariñoso como un perro y los animales del bosque acaban aceptando este cambio de roles tan sorprendente.
En El tigre que vino a cenar el animal que encuentran en peligro, mojado y solo, es un cachorro de tigre con unos enormes ojos redondos y cara de necesitar un hogar y mucho cariño.
Ovejita no duda en ayudarle inmediatamente, a pesar de las dudas del lobo… Y el estupor de Tortilla, que en la imagen superior se refleja muy bien.
Peluchito, que así apodan a este tigre tan pequeñito, tiene unas costumbres muy raras. Nadie parece darse cuenta, pero ese cariño excesivo que tiene por Estofado es más que sospechoso.
Bueno, Tortilla sí que percibe que las cosas no van bien y esta nueva relación no le gusta nada por lo que no le quita ojo de encima.
Emprenderán camino en busca del hogar de Peluchito y página a página veremos que su comportamiento es cada vez más evidente: sus intenciones no son buenas.
Habiendo leído los tres libros anteriores, el lector espera sin duda que Peluchito acabe siendo bueno y todo tenga una explicación… pero en este caso tenemos un inesperado giro del guión porque el cachorro de tigre es malo de verdad.
No os voy a desvelar el final de la historia, ni si es bueno, malo o regular. ¡Creo que ya os he contado mucho! A nosotros nos ha encantado y nos parece que aporta un punto de sorpresa y diversión que le sienta fenomenal tanto al libro como a la colección.
Nuestra opinión sobre El tigre que vino a cenar y sobre la colección de La ovejita que vino a cenar
En todos estos años he leído a veces críticas de familias que consideran que tras el enorme éxito del primer libro, los demás desmerecen la historia. Nosotros no las compartimos y te voy a explicar por qué.
Como comentamos al reseñar Los lobos que vinieron a cenar, a nosotros nos parece una colección equilibrada y cada libro aporta algo nuevo y una visión diferente de cómo puede ser una familia con unos integrantes tan heterogéneos en una sociedad en la que los roles están tan establecidos. Así lo vemos tanto en el segundo como en el tercer libro, cuando tienen que hacer frente a las opiniones y las desconfianzas de los demás para hacerse respetar y poder vivir en paz.
Este cuarto libro da un giro de guión muy bien enfocado pues, sin ser abrupto, nos permite reflexionar sobre la importancia de estar siempre atentos a las señales de que algo va mal. Y entender que, por desgracia, no todo el mundo es bueno y no todo el mundo se acercará a nosotros con buenas intenciones.
Cada libro es especial y único y todos mantienen un buen nivel. ¿Que no son tan especiales como el primero? Puede ser, porque el primero se ha convertido ya en un clásico, es un superventas que está en las estanterías de miles de casas por todo el mundo. Pero eso no quiere decir que los demás sean malos, en absoluto.
En casa es una colección que adoramos, cada uno de sus libros. A pesar de que nos los sabemos de memoria, los leemos muy a menudo, y ahora muchas veces son los hermanos mayores los que se lo ofrecen a su hermana. Es un libro que les apetece contar y eso es muy buena señal.
Edad recomendada
Me gusta muchísimo para la franja de edad de 2 a 5 años pero con las ilustraciones tan expresivas y coloridas es una historia que se puede seguir incluso antes, además de que se presta mucho a hacer teatrito leyéndolo en voz alta.
Algo que también me fascina de esta serie es que permite muchos niveles de lectura, desde el más básico cuando son peques al más profundo cuando el lector va creciendo. Además es que es tan tierno y tan bonito que es un gusto compartirlo con los niños incluso para el lector adulto.
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