
Título: Quiero un perro
Publicación: Agosto 2020
Autor: Jon Agee
Editorial: La Casita Roja
Formato: Tapa dura, 40 páginas
ISBN: 978-8412095081
Quiero un perro, de Jon Agee
De la mano de La Casita Roja llega un nuevo álbum ilustrado de Jon Agee, un autor que nos gusta muchísimo. Tanto es así que en 2019 incluimos su obra El muro en mitad del libro en nuestra selección de mejores libros de 2019 y en tres años atrás incluimos Vida en Marte en nuestra selección de favoritos de 2017.
Quiero un perro está protagonizado por dos únicos personajes: un señor muy trajeado, responsable del refugio de animales Valle Alegre y una niña que tiene clarísimo que quiere adoptar un perro.
Desde el primer momento vemos que la niña tiene las ideas muy claras. Pero por alguna razón el señor no para de ofrecerle otros animales como mascota alternativa, alabando sus virtudes. Son ofrecimientos absurdos tales como una rana, un armadillo o una pitón.

La niña no va a cambiar de opinión fácilmente y además tiene respuesta para todo así que va desarmando sus argumentos uno por uno.
El señor llega el punto de sacarle un lagarto vestido de perro. Obviamente la niña no pica e insiste: ¡no quiero enseñar a un largarto a decir guau, quiero un perro que diga guau!
La chiquitina es súper educada pero conforme vamos pasando páginas veremos cómo va perdiendo la paciencia. Finalmente le hace una pregunta muy sencilla y muy directa: ¿tiene usted algún perro?
Como el hombre termina confesando que no tiene ninguno, la niña se dispone a marcharse. Entonces el señor la detiene y la pregunta cuáles son las razones por las que es especial un perro.

Atendiendo a la lista de virtudes que la pequeña atribuye a los perros, le hace un último ofrecimiento. La niña está muy reticente, de hecho le pide que lo deje, aburrida ya de que le saque mascotas absurdas.
Pero en esta ocasión el señor le presentará a Lucinda, una foca que come diez kilos de pescado al día y necesita nadar en al menos 100 metros cúbicos de agua salada.

¿Qué creéis que opinará la niña? ¿Finalmente la convencerá el señor para que se lleve a Lucinda a casa o seguirá insistiendo en que quiere un perro? ¡Tendréis que leer hasta el final!
Quiero un perro es un álbum ilustrado aparentemente sencillo, que se basa en el humor absurdo y la tremenda expresividad de la niña protagonista así como su determinación e inteligencia.
El final, probablemente inesperado, nos da una idea de cuál era la motivación que tenía la niña a la hora de elegir una mascota: la conexión, el compañerismo, la amistad. No es la finalidad del libro pero sin duda alguna pone en valor muy buenos valores.
Me gusta mucho también la increíble paciencia que demuestra la niña y cómo se muestra muy educada con el señor, a pesar de lo absurdo, casi ridículo, de todas sus propuestas. La pequeña maneja la asertividad con maestría, sin duda.
Creo que es un álbum ilustrado que permite acercarse a un abanico muy amplio de lectores. Los más pequeños se van a quedar con la historia más básica y compartirán con la protagonista la impaciencia ante un señor que no es capaz de presentarle un perro para adoptar. ¡Qué desesperación! Los mayores serán capaces de entender los matices del libro y el valor de la educación y empatía que demuestra la niña con el adulto, cosa que siempre sorprende: ¡un niño siendo más maduro y centrado que un adulto! Por supuesto, Quiero un perro no decepciona tampoco a los adultos que nos acercamos a su lectura con sus maravillosas ilustraciones con aire a cómic y su inteligente y disparatado humor.
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